Por qué empezar no exige día, sino ganas




Hola amados y amadas, escribo hasta ahora porque cierto personaje del cuál no quiero acordarme me dijo: “Te debes a tus lectores, y, como cada año, debes poner el 31 de diciembre o el 1 de enero tu carta para comenzar el año”.

Cabe aclarar que esto me encabronó mucho, pues “yo no me debo a nadie ni a nada”, yo soy yo y punto. Sé que se puede escuchar muy soberbio, pero no hay nada peor que la idea de “gracias a los demás yo me hice”, es decir, todos los que están a mi alrededor se hicieron por mí, eso es peor, posiblemente inspiro a otros y otras, pero ellos deciden ser quienes son por ellos, y no por mí, (aunque algunos no les guste).

Escribo porque que me encanta hacer y soy aprendiz de eso, lo hago para expresarme, para llorar, reír, inventar historias, cuentos, poesías, porque soy subversivo y porque mi madre me enseñó que puedo hacer lo que me de mi chingada gana siempre y cuando me haga responsable de eso.

Sí, lo sé, soy grosero, pero qué quieren, me encanta ser así, sin miedos ni tapujos, sin esconderme en máscaras alucinógenas que nos dicen, cómo movernos; qué pensar, cuándo y hacia qué lado; porque si te sales de la norma entonces “estás mal”; ¡bah! Borregos, o como dijera el maestro “ciegos, guías de ciegos”.

Escribo hasta hoy porque quiero que sepan que lo que hacen, es decir, sus vocaciones no exigen día, sino ganas. No es “porque te debes a otros”, ¡Naaa! Esas son mamadas y éstas se hacen “una cuarta debajo del ombligo”, lo que haces lo haces porque te apasiona, porque cada día amaneces pensando ¿qué voy a lograr ahora? Y si es “tirar flojera”, pues hazlo con estilo, que sea muy tu flojera, que nadie te diga ¿qué tienes que hacer? ¿Cómo hacerlo? y ¿cuándo? Defiende a capa y espada tu ser, tu libertad. Creo firmemente hoy día que por arriba de cualquier cosa la libertad es lo mejor que te puede pasar, porque si no hay libertad no hay nada, ni amor, y creo firmemente que Dios nos dejó ser libres.

Los siguiente 364 días deben ser inolvidables cada uno. Qué importa que en alguno de ellos te cortes, las cicatrices hablan de tu capacidad de mejora; y qué importa que en algunos te doblez, aprenderás que no te rompes fácilmente; y si llegaras a romperte, qué bien, te reconstruyes; la idea es caminar, y aprender que el camino es hermoso, aún y con las espinas que este conlleva. Aprende algo, y apréndelo bien, a veces, en el camino te tocará hacerlo solo, otras con mucha gente, unas más con inteligentes y muchas otras con pendejos, pero siempre sé tú, sin miedo, sin tapujos, sin máscaras, porque eso es aprendizaje.

Que este 2018 este lleno de “puedo hacerlo” “quiero hacerlo”, y no “es que debo hacerlo”, al único que te debes es a ti, porque ni el creador o la creadora te exige que le rindas pleitesía, que tipo de Dios/a sería si necesita que lo anden venerando ¡bah! Ideas embusteras y egos inflados que nos hacen creer que Dios o Diosa, creador del universo, necesita a un ser tan débil como el ser humano para ser venerado, ¡si seremos narcisistas!

¡Naa! Este año debe ser genial, no importa los gremlims que te toque tener a un lado ¡píntalos de verde!

Por lo demás sé feliz, abraza(te), Ama(te), sonríe(te) y sobre todo perdona(te) que este año será genial para seguir cometiendo más estupideces y aprender a crecer y no volverlas a repetir. Recuerda algo mi amado y amada, empezar no exige día, sino ganas.


Un abrazo.

Marco Antonio Meza-Flores

Comentarios

Entradas más populares de este blog